jueves, 22 de junio de 2017

EL FASCISMO DE LA POSESIÓN INMEDIATA

COMENTARIO DE TEXTO: EL FASCISMO DE LA POSICIÓN INMEDIATA

Nos encontramos ante un artículo de opinión escrito por el escritor y filósofo, Rafael Argullol, publicado en el periódico  El País el 14 de febrero de 2006.
Ha estudiado Filosofía, Economía y Ciencias de la Información en la Universidad de Barcelona. Estudió también en la Universidad de Roma, en el Warburg Institute de Londres y en la Universidad Libre de Berlín, doctorándose en Filosofía (1979) en su ciudad natal. Fue profesor visitante en la Universidad de Berkeley. Ha impartido docencia en universidades europeas y americanas y ha dado conferencias en ciudades de Europa, América y Asia. Colaborador habitual de diarios y revistas, ha vinculado con frecuencia su faceta de viajero y su estética literaria. Ha intervenido en diversos proyectos teatrales y cinematográficos. Ha ganado el Premio Nadal con su novela La razón del mal (1993), el Premio Ensayo de Fondo de Cultura Económica con Una educación sensorial (2002), y los Premios Cálamo (2010) y Premio Ciudad de Barcelona (2010) con Visión desde el fondo del mar.

El texto trata sobre el fascismo. El fascismo, es un régimen totalitario, enemigo de la democracia, que confía en la violencia para eliminar a sus adversarios políticos, tiene una ideología de derechas, aunque estatalista, y exalta los sentimientos nacionales como elemento aglutinador de la sociedad.
El autor del texto hace una reflexión sobre cómo ha evolucionado el significado de fascismo,  desde que apareció esta palabra. De manera que a día de hoy al hablar de fascismos se nos viene a la cabeza bárbaros con ideas indumentarias, que sugirieron una ideología bruta y extrema.
Pero en el texto el autor no habla del fascismo histórico, sino que trata el tema del fascismo de la posesión inmediata. El querer algo, nada más verlo, el querer conseguir todos nuestros deseos ya.  De forma que haremos todo lo posible por conseguirlo, sea como sea, y haciendo uso de cualquier medio para conseguirlo, y lo peor es que justificamos los medos, ya que lo importante es conseguir rápidamente lo que deseamos. Y aquí es donde, según el autor del texto existe la similitud con el fascismo, conocido por todos, ya que este mismo hecho ocurría con la justificación de sus ideas, ya que el fin, en principio era el mejoramiento de la nación.
Otra idea defendida por el autor del texto es que el protagonista de esta nueva concepción del fascismo, es el adolescente , acostumbrado a tener lo que quiera, en la mayoría de los casos, y a no pensar en las consecuencias.
A la vez que, critica el sistema capitalista, ya que promueve este nuevo concepto de fascismo, basado en conseguir la felicidad, comprando, poseyendo y exhibiendo de la forma más rápida posible. Lo que nos llevaría a una situación de incivismo, que vendría provocado por una falta de autoridad, en la mayoría de los ámbitos.
Para el autor la educación sería la pieza clave para salir del estado, en el que nos encontramos ahora, donde el capitalismo y los medios de comunicación nos imponen y nos introducen en la cabeza deseos a los cuales no aspiramos realmente e ideologías falsas. La educación sería la solución para arreglar el fascismo de la posesión inmediata, pero nuestros gobernantes no lo verían así.
En mi opinión, aunque sí que hay puntos que comparto con el autor, ya que lo veo en el día a día. Partiendo de que la mayoría de las sociedades existentes hoy en día son consumistas. Todos estamos acostumbrados, o más bien nos han acostumbrada en la mayoría de los casos a que debemos tener más y más, ya que sólo así encontraremos la ansiada felicidad, aquella meta que ni siquiera es una decisión nuestra, las sociedades nos imponen tener como fin llegar a la felicidad.  Esta realidad, en la que todos vivimos está promovida, en su gran mayoría por las grandes empresas y sus publicidades. Todos deseamos tener los últimos modelos de lo que sea, ya sean los tenis de moda, el último móvil, el mejor coche; pero ¿porque todos deseamos todo esto? Por el simple hecho que la sociedad nos ha enseñado que es lo que debemos hacer; promoviendo también la competencia entre unos y otros individuos a ver quién puede más y tristemente y desgraciadamente el que acaba pudiendo más es el sistema, del que somos esclavos.
El autor habla de los gobernantes, pero con una visión distinta, para mí no son las personas encargadas de solucionar el problema, por una simple razón no están capacitados para hacerlo, ya que por desgracia mucho están vendidos a las grandes empresas, las mismas que promueven este fascismo de posesión inmediata, así que yo por lo menos no espero nada de ellos.
Creo que para cambiar el estado en el que nos encontramos, lo debe hacer la gente, lo debemos hacer todos ya que seremos los beneficiados. Y sí, claro que se  necesita la educación de la que habla el autor, pero no la “educación” que hemos recibido, que lo único que hace es, por supuesto educarnos pero en las ideas de la competitividad, el consumismo y casi me atrevería a decir en la ley del más fuerte, donde en principio llegarían a lo más alto los mejores.
Por todo esto, y sobre todo por las terribles consecuencias que puede tener esto en futuro, aún peores que el atraco a un necesitado, por desgracia. Debemos ser conscientes de que entre todos estamos creando una sociedad incívica, pero no, esta sociedad no es así sólo por los adolescentes, nosotros simplemente hemos seguido los pasos que nos guiados desde pequeños, aunque estos fueran incorrectos. De la misma manera que la autoridad no hace falta, no necesitamos a una persona o varias que no digan lo que tenemos que hacer, sino que lo que necesitamos sea un líder que no creo que haya faltado autoridad, ya que si una sociedad está bien guiada que nos es lo mismo que obligada a, debería funcionar en perfectas condiciones, no hace falta un líder, simplemente nos hace falta ser capaces todos de darnos cuenta de la situación en la que nos encontramos.
Y por último, debemos acabar con la dominación existente por las empresas capitalistas y a su vez con las sociedades consumistas, las cuales están apoyadas por un sistema injusto y demasiado competitivo, que ayuda o beneficia sólo a una pequeña parte de la sociedad, el sistema capitalista.

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